sábado, 8 de febrero de 2014

Cancion para los dias de la vida

Este día empieza a crecer,
voy a ver si puedo correr...
con la mañana,
silbándome en la espalda...
O mirarme en las burbujas...

Tengo que aprender a volar,
entre tanta gente de pie...
Cuidan de mis alas,
unos gnomos de lata,
que de noche nunca ríen...

Si la lluvia llega hasta aquí,
voy a limitarme a vivir...
Mojaré mis alas,
como el árbol o el ángel...
O quizás muera de pena...

Tengo mucho tiempo por hoy,
los relojes harán que cante...

La la la...
La la la...

Y la espuma gira,
en torno a mi piel,
me han puesto manos,
para hablarle a las cosas de mí,
y al fin mi duende nació...
tiene orejas blancas,
como un soplo de pan y arroz,
y un hongo como nariz,
cuatro pelos locos,
y un violín que nunca calla,
solo se desprende,
y es igual a las guirnaldas...
Y es que nunca calla,
solo se desprende,
y es igual a las guirnaldas...

Este día es algo de sal,
me dejó vibrando al nacer...
Pesa y es liviano,
como un hilo sin nombre...
Suena un poco a mi guitarra...

Tengo que aprender a ser luz,
entre tanta gente detrás...
Me pongo las ramas,
de este sol que me espera,
para usarme como al aire...

Y es que al fin,
mi duende se abrió...
Tiene un corazón,
de mantel y batón,
y un guiño
al ver que todo es verdad...
Ya los gnomos cuiden,
a un violín que siempre canta...
Nunca se adormece,
y es igual a las guirnaldas...
Y es que nunca calla,
solo se desprende,
y es igual a las guirnaldas...


Luis Alberto Spinetta


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